martes, 28 de octubre de 2014

Seguimos. Iniciación por la Sierra de Mijas

Buenas de nuevo, Pues aquí voy a continuar con esto de relataros mi reenganche con este gran deporte. Acabamos en cómo volvía de nuevo en mi tierra, Córdoba, en pleno verano, con la "fresquita" que allí hace. Pero ya vivía fuera de mi tierra, en las tierras de Fuengirola (casualidades de la vida que acabe un cordobés ahí, jejeje, y bueno, también por la impecable e inolvidable ayuda de los que son más que tíos míos), y bueno, decir, que poco a poco, y gracias a páginas como wikiloc.com fui conociendo rutas que fueran realmente transitables, habiendo tenido también alguna mala experiencia al no planificar bien, como la vez que simplemente me fui a tirar a por las rutas de senderismo de Benalmádena, y acabé andando la mayor parte del camino, pero eso es otra historia.

La verdad que ya con la hiperrígida 2.0 tuve la oportunidad de mejorar algo, aunque el eje trasero no aguantó mucho, ya que era de rosca, o rueda libre, cosas de tener 7 piñones atrás. Ésta y muchas más son cosas de las que uno ha ido aprendiendo poco a poco, que a veces casi ha costado quedarme tirado por ahí, la verdad, pero sarna con gusto no pica, como se suele decir.

Cometí el error de cambiar la rueda trasera por otra que compré muy barata, pero claro, sin saber que era también de rueda libre, no de cassette, encima dándome guerra en los peores momentos, vamos cuando iba con más gente. Ah, y por muy centrada que tengáis la rueda, no aproximéis las zapatas al milímetro. En mi caso, a poco que se movió de su sitio la rueda, me frenaron las zapatas la rueda y al ser subiendo, apreté más, acabando por doblar el eje de la rueda, con poca reparación.

Y bueno, lo de la "otra gente" es otra etapa que he tenido, en la que a través del foro mtbmalaga.com conocí al "comando fagiroleño" compuesto de muy buena gente, que aceptaron de buen grado el curioso elemento que se les añadía a sus fijas salidas de sábados y domingos. Muy apañaos, que alguna vez llegaron a empujarme literalmente en alguna rotura de cadena demasiado repetitiva.

También aclarar, que la rueda trasera finalmente la arreglé quitándola de enmedio y sustituyéndola por una básica del deca, ya con cassette, por supuesto, y también tuvieron que ver las piezas que compré a otro miembro del foro que dije antes, y ya la cosa mejoró bastante, ya que cayó eje pedalier+bielas/platos, cambio trasero y cassette de 8 velocidades (Ya haré un post específico de cómo está actualmente la hiperrígida, que parece una "frankestein", pero para bien jejeje)

Así es como pinta ahora mismo (ya por fin quité las michelin country mud, baratas, pero bastante castaña, más aún para lo seca que acaba siendo esta zona)



Aquí ya me curtí bastante más, salía en total unas 3-4 veces por semana, indagando y conociendo caminos entre semana, y luego los fines de semana a ritmo disfrutón con esta buena gente.

Ahora, entonces llegó un cambio a mi vida que era esperado, llegó mi hijo al mundo, y con él las responsabilidades correspondientes, y claro, el tiempo personal me quedó reducido a lo mínimo, más aún cuando me estuve dedicando a él dada mi situación laboral, y bueno, disfruté más aún, pero la bici quedó aparcada una época.

miércoles, 18 de julio de 2012

Inicio. El retorno del emebetista (2/2)

Así que, dí mi puñetazo en la mesa, y nada, me puse en serio con ello, que también ya traía de paso el adelgazar. Y con el material que dije antes que disponía, pues pensé que mejor que correr o que otra cosa, coger la bici e ir donde fuera, que así conservaría un poco mejor mis rodillas, visto el punto de ponerme a darles caña. Tengo que comentar también la inestimable ayuda de ciertos foreros en los que me basé para coger información y asegurarme de hacer las cosas, aunque por mi cuenta, pero con cabeza en lo que deportivamente se refiere, mi “chupipandi” de “Ponerse en forma desde cero

Dicho y hecho, al principio, lo hice, de nuevo, como dominguero total: mis viejas y duraderas munich de futbito, pantalón y camiseta, y muchas ganas de coger caminos. Esta vez, podía haber acabado igual que las otras, pero suerte que por las cosas de google, diera con una página llamada wikiloc, que me permitió ver una de las rutas más comunes de los aficionados a este deporte de la zona, y ahí que me tiré...

La verdad sea dicha, tanto ímpetu en un principio en este deporte, sin más conocimiento que el de haber montado unos cuantos kms de mi infancia y juventud, me hicieron tener serias pifias en plena ruta, me costó caro mi experimento en la alineación de ruedas, sobretodo el haber tocado la trasera, que en cierto momento me saltó un radio, encajándose la rueda, y con mi ímpetu reventé cambio y lo que había por medio, haciendo de ese día una vuelta a casa a pie/carrera.

He aquí mi shurburra o hiperrígida:


Pero bueno, como estaba decidido con el tema, y lo que había probado hasta el momento me había llenado mucho, también notaba un gran alivio en mi presión mental, que tras dos años de paro, y unas oposiciones que nunca ha habido final, pues estos cambios en mi rutina me daban la vida la verdad.

Así que, animado por esto, por mi determinación (o cabezonería, también) en seguir "palante" con ello, pero recortado mi presupuesto por esta situación, pues la gemela comenzó a donar piezas a la elegida por titular, y bueno, con la venia de la jefa, me hice con equipación y herramientas para ir de manera algo más seria, aunque bueno, como siempre es conveniente en estas cosas, es mejor ir poco a poco, goteando, que no hacer la suma de todas las herramientas, casco, culotte, etc. del tirón y que se vea todo sumadito en la caja a la hora de pagar (consejo para navegantes por cierto).

De hecho, esto me recuerda a que lo que me motivó a coger una equipación algo decente por lo menos, y sobre todo el casco, fue culpa de dos colegas de afición, ya bien entraditos en años, pero gracias a los que descubrí un mundo paralelo en que todos los que estamos por ahí siempre nos ayudamos.

He aquí la historia: era verano, y me vine para mi tierra, así que no podía disponer de mi querida hiperrígida Taicor, hasta que descubrí en el trastero de mis suegros una Orbea que había por ahí, con muy poco a sus espaldas, perfecta para dar una “vueltecilla”.

Aquí la hiperrígida 2.0:



Así que nada, me puse mi correspondiente indumetnaria dominguera, y a subir pa Los Morales, hasta llegar al Asuán, camino que a su vez lo debo a la excursiones que hacía de pequeño con mis titas o mi padre, y se me quedaron grabados los senderos por suerte.

Pues ahí que iba, con todo el calor de un verano, ya a media mañana, al poco de pasar Los Morales, estaba ya reventao, sin apenas ganas de seguir, a la sombra de un chaparro tratando de reunir ganas de seguir hacia arriba, o más bien pensándome en darme media vuelta.

En esto que aparece Rafa, un hombre ya bien entrado en años, que venía sufriendo carril arriba, yo le observaba, y se me para al lado diciendo: “qué, ¿te ayudo en algo?”. La verdad que la pregunta tampoco me extrañó demasiado, pensando en que este hombre se habría apiadado de mí con mis pintas, y que seguramente estaría necesitando algo, vista mi preparación. Él iba con su giant, Reign creo que era, vamos, una doble.

Pues nada, charlé un poco con él, hasta que aparece en un minuto Manolo, un hombre que los setenta si no los tenía, estaba ya muy cerca, y que subía apremiando “¡venga, venga, no paréis!” así que no hizo parada, sino que siguió para arriba, a lo que Rafa me animó: “¡venga, vamos, tira que ya queda poco!”

Así que ahí quedó mi primera salida en grupo en esta nueva época, en la que a rueda de los dos conseguí llegar al alto de Asuán, cosa que creí que nunca haría, y al contrario, me resultó francamente fácil llegar, claro, iba “arrastrado” de ellos dos, que iban con una perfecta conversación mantenida todo o casi todo el tiempo.
Ya arriba en el super de allí (Rafa te debo la botella de agua), me dieron hasta agua, vista mi situación, y ya charlando con ellos, a Manolo antes su mujer le regañaba y echaba en cara que saliera todos los domingos, y ahora dice que ella se lo pedía, la verdad que me impresionó cómo se puede mantener la forma con una constancia infranqueable.

También, la gran cantidad de consejos que me dio Rafa, que me aconsejó sobre todos los componentes, herramientas, etc. que debía llevar, tiendas donde comprarlas más baratas (visto mi presupuesto, jejeje), y sobre todo, me pidió que por favor, que si iba a pretender seguir con esto, que hiciera uso del casco, de ahí que me recuerde a él el hecho de comprarlo, pero que en definitiva me dio la antesala a un deporte que se hacía una grata experiencia con los compañeros.

Todo esto, a lomos de dicha orbea, que más adelante intervendrá en otros capítulos, y quede esto como mi pequeño tributo a esos emebeteros que tuvieron mucho más que ver de lo que creen en mi vueta a este deporte, y a todos los que aún sigo en contacto con ellos casi a diario. Hasta luego!

Inicio. Aquellos maravillos años (1/2)

Buenas tardes,

Pues aquí doy comienzo a este mi diario de una persona, que hace unos pocos de años, que da casi algo de vergüenza ya decirlo, pero que bueno, qué más da! Hace como 21 años, a mis 12, recuerdo mi primer contacto con una bicicleta de montaña: una flamante bhforce 12, semejante a algo así como esto:
La traía un compañero de clase, Lauren, y recuerdo que me conquistó, de haber vivido siempre encima de mi bici tipo bmx, o más tarde a otra más antigua motoretta (grandes bicis aquellas), aquello era el cielo, la gran suavidad que tenía, cómo volaba, etc.

Todo eso, me llevó a emperrarme en que mis padres me la compraran, de ahí, que cogí la gran mayoría de mis ahorros, y aparte, aprovechar de la bondad de mis padres, todo hay que decirlo, me la agencié finalmente, y bueno, la verdad, que a lo que ahora se tiene por concepto de mtb a lo que yo hacía por aquellos entonces, había bastante diferencia, ayudado por unas cubiertas mixtas, con una línea central completamente lisa, me animaba más en realidad a coger carretera. También se daba el caso que por aquellos entonces empezó a despuntar aquel mito llamado Indurain, que me llevó por muchas carreteras de por ahí, muchos kms..

Pero fueron pasando los años, y a medida que me acercaba a mi mayoría de edad, fui dejándola apartada, aunque también hubo episodios decisivos para futuras salidas, como mi conocimiento del mtb de verdad, metiéndome por "caminos de carne" por esta mi sierra de Córdoba, acompañando a verdaderos locos perdíos que se tiraban "a tumba abierta" por los caminos de Santo Domingo hacia abajo...

De ahí que empezara a conocer estos senderos, que luego aunque fuera en solitario, yo mismo los iba descubriendo y conectando unos con otros, y de vez en cuando, aunque lloviera incluso, salía con mi inseparable bh a esos caminos de dios a pegarme la mañana del sábado en contacto con esa esplendorosa naturaleza y tesoro cercano que tenemos (o teníamos, hacer memoria de algunos caminos da verdadera pena y vergüenza ajena de lo que los motoristas han destrozado, dejándolo todo en tierra yerma).

En fin, que aquí llega el declive, empiezan estudios universitarios, luego la novia, y todo lo que te hace pensar: "bah, no tengo tiempo para esto". Cosa que hizo además que la bicicleta se quedara por ahí cogiendo polvo, siendo excepciones las veces que le daba vida más que otra cosa.

Y sí, como os imagináis, la pobre bh llegó su día, en que ocupaba mucho sitio en casa, que tal y cual, y acabó siendo donada (sin mi consentimiento expreso, aunque también el poco uso que le dí dió poderes para ello) a otra persona.

Finalmente, pues ahí quedó la cosa, hasta hará cosa de año y pico, que donde hasta hace poco residía, resulta que había una pareja de gemelas ahí olvidadillas, oxidadas del salitre del mar, etc. No quise que se fueran a mejor vida así tan directamente, y con la excusa de ahorrar, la usaba para paseillos cortos a por recados y cosas así, aprovechando su mala pinta para poder aparcarlas con un simple candado abrazando cualquier farola o similar.

Hasta que un buen día, y apelando a mi profesión (Ingeniero de montes, en paro por cierto), empecé a maquinar el coger un carril por el campo de lo que había ya cerca de mí (Sierra de Mijas y alrededores) para echar un buen rato de disfrute en una de las dos viejas pero robustas al parecer máquinas de que disponía.

Pues bien, no fue una cosa mala tampoco, pero claro, ahora que lo pienso, en plan dominguero total, sin apenas agua, y alargándose la ruta en exceso amén de las dudas que me asaltaban en cruces de caminos, fatigas, etc.

Esa mala experiencia, no me animó la verdad mucho, y fueron salidas esporádicas las que hice, de mala manera, sin más placer que el terminar y conseguir llegar a casa sin tener que pedir asistencia.

Pero hará un poco más de un año, que se me avecinaban cambios importantes en mi vida personal, y también, digo yo, será la crisis de los treinta o algo, que me animé a ponerme en forma, me harté de mantenerme arrastrando por ahí más que andando, con un sobrepeso de unos 30-40 kgs sobre mi peso ideal que había ido acumulando durante todos estos años paulatinamente y al que me había ido acostumbrando sin quererlo.